viernes, diciembre 30, 2005

Segundo capítulo

Y ahí estaba ella... su primera "misión" en este nuevo nivel... el definitivo e implacablemente real. Era todo un desafío. Se suponía que estaba preparado o eso le habían dicho. Tenía una mezcla de temor, incertidumbre y ganas de demostrar que podría superar cualquier reto.

Siempre le habían dicho que debía lanzarse y actuar, sin planear ni pensar... pero eso no siempre era tan fácil, al menos de saque. Eso le recordaba a su primera vez, primera vez que no fue otra cosa que un primer entrenamiento... adiestramiento. ¿Cuánto hacía de aquéllo? No podía asegurar si horas o siglos. Hacía tiempo que había perdido la noción del tiempo. Ahora no entendía demasiado pero había aprendido a aceptarlo, a disfrutarlo. Aquél día estaba nervioso, desorientado pero su instinto (¿era realmente su instinto?) lo llevaba a actuar.

Su primer objetivo era un niño. Estaba en el suelo llorando con un rasguño en la rodilla. Sabía lo que tenía que hacer pero no cómo... "lánzate! parecía que oía" ... y qué haría luego? A los dos segundos de lanzarse ya había medio planeado algo desoyendo claramente a... ¿quién?

Pero sucedió algo inesperado... notó como su pie se deslizaba exageradamente sobre el césped recién mojado. Eso lo llevaba inexorablemente hacía una caída estrepitosa lejos de su plan. Efectivamente, cayó como un saco de patatas y con el gesto desencajado.

Y entonces sucedió lo que anhelaba pero no como lo esperaba. Le llenó de alegría el corazón, notó que lo había conseguido y que a la vez había aprendido su primera lección. Efectivamente, el niño había cambiado el sollozo por la risa... eso era lo que tenía que hacer: provocar una sonrisa espontánea, sincera y que difícilmente se pudiera olvidar.

La lección fue que no lo puedes pensar, sólo actuar. Si lo piensas no actuas, sólo piensas, no luchas, no cambias, te quedas estático, dejas pasar el tiempo y la vida se va. Él había aprovechado la oportunidad de forma medio involuntaria y había aprendido algo... aún no lo sabía pero le quedaba tanto por conocer.

El viento le devolvió al presente (tiempo...) y ahí estaba ella...

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