martes, abril 11, 2006

Camina

A menudo me imagino caminando por unos parajes desconocidos. De vez en cuando mirando al suelo, de vez en cuando al cielo, pero siempre adelante. Cuando caminas tu cuerpo se tonifica, mejora físicamente, se desarrolla y crece. Gastas energías por doquier.

A veces solo, otras acompañado, de vez en cuando guías y las que más eres guiado. Aciertas y te equivocas al 50%... tengo derecho a equivocarme (¿Por qué nos caemos? Para aprender al levantarnos). Suelo escuchar los sonidos del camino: estridentes, altos, susurros, chillidos, melodiosos, agradables, apasionantes.

La situación ideal es la de una temperatura media y una ligera brisa que te acaricie el rostro. No obstante, no siempre es así y la lluvia, el frío y el viento hacen que sea más difícil, que tengas que refugiarte o ayudarte de paravientos, paraguas, capelinas, polares, pantalones largos, gore-tex...

El gasto continuado de energías provoca que tengas que parar a descansar y a recuperar fuerzas con comida y agua. Los expertos saben que es mejor hacer bastantes paradas cortas que pocas muy largas. Las segundas hacen que te cueste más volver a arrancar. Comer y beber en exceso nunca es bueno ya que luego te sientes pesado o incluso mareado, lo mismo que equivocarte en la comida y bebida más adecuada...

En el camino te encontrarás piedras. Si no has descansado es más fácil que te tropieces y caigas al suelo. Son inevitables las caídas pero siempre habrá alguien para ayudarte a levantarte igual que todos tendremos que ayudar a los demás en heridas o bloqueos mentales al no ver cuál es la meta. Siempre se puede pasar de la gente al tener prisa por llegar pero alguien muy sabio me dijo una vez que más importante que la meta es el camino así que hay que decidir.

En ciertos caminos los mapas no sirven, sobretodo si no son lo suficientemente precisos, como es el caso que nos ocupa. Pregunta, escucha y arriésgate. Si no decides en algún momento qué camino escoges no avanzarás. Está claro que no te equivocarás pero seguro que no acertarás.

El camino pasado nunca volverá a pesar que camines en círculos, algo siempre habrá cambiado. Mirar hacia atrás sirve para recordar y sonreir, nadie te puede quitar lo que has evolucionado con ese caminar. Pero se corre el peligro de quedarte parado recordando el obstáculo o la flor preciosa. ¿Quién te dice que no te encontrarás flores más bellas o que sabrás cómo evitar el nuevo problema a afrontar? El camino hecho sirve para aprender pero si nos paramos demasiado a menudo a mirarlo retrasaremos el conocimiento de nuevos sitios, gente y situaciones.

Camina hacia adelante... si quieres, claro

Petons i abraçades

Raül

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