viernes, marzo 16, 2007

Camí d'Emmaús

-- Bona Mare --

Perquè estem amb tu allàs on siguis i perquè t'estimem. Una forta abraçada a tu i a tots els companys de camí. Chapeau! Sou molt grans...

Camí d'Emmaús (Lc 24, 13-53)

13Ocurrió que dos de ellos fueron justamente ese día a un pueblo llamado Emmaus, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14Hablaban entre ellos sobre todas las cosas que habían ocurrido. 15Ocurrió, mientras hablaban y se cuestionaba, que Jesús mismo se les acercó y anduvo con ellos. 16Pero sus ojos les impidieron reconocerlo. 17Él les dijo, «¿De que hablan mientras caminan entristecidos?
18Uno de ellos, llamado Cleofas, le contestó, «¿Eres tu el único extranjero en Jerusalén que no sabe las cosas que han ocurrido en estos días?»
19Él les dijo, «¿Qué cosas?»
Ellos le dijeron, «Lo concerniente a Jesús, el Nazareno, que era un profeta poderoso en acción y palabra ante Dios y ante toda la gente; 20y como los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para condenarlo a muerte y crucificarlo. 21Pero esperábamos que fuera Él quien redimiera a Israel. Si y además, ahora es el tercer día desde que estas cosas ocurrieron. 22También, ciertas mujeres de nuestra compañía, nos sorprendieron, pues habiendo llegado temprano a la tumba; 23al no encontrar su cuerpo, vinieron diciendo que habían visto una visión de ángeles, que decían que Él estaba vivo. 24Algunos de nosotros[215]fuimos a la tumba, y la encontramos tal como las mujeres habían dicho, pero no lo vimos.»
25Él les dijo, «¡Hombres necios, y lentos de corazón para creer todo lo que los profetas han hablado! 26¿No tuvo Cristo que sufrir todas estas cosas para entrar en su gloria?» 27Comenzando desde Moisés y todos los profetas, les explicó los hechos concernientes a Él en todas las Escrituras. 28Se acercaron al pueblo al que ellos iban, y Él hizo como si fuera más adelante[216].
29Ellos lo convencieron, diciendo, «Ven con nosotros, porque ya casi es noche y el día termina.»
Él fue a quedarse con ellos. 30Ocurrió, que cuando Él se sentó a la mesa con ellos, tomó el pan y dio las gracias. Partiéndolo, se los entrego. 31Los ojos de los discípulos se abrieron, y lo reconocieron, y Él desapareció de su vista. 32Se dijeron unos a otros, «¿No estaban nuestros corazones quemándonos, mientras hablaba en el camino, y mientras nos explicaba las escrituras?» 33Se levantaron en aquel momento, y regresaron a Jerusalén, y encontraron a los once reunidos, y a quienes estaban con ellos, 34les dijeron, «¡El Señor ha resucitado en realidad, y se ha aparecido a Simón! 35Contaron lo que había ocurrido durante el camino, y como lo reconocieron cuando partía el pan.
36Mientras decían estas cosas, Jesús mismo apareció entre ellos, y les dijo, «La Paz esté con ustedes[217].»
37Pero ellos estaban aterrorizados y llenos de miedos, y suponían que habían visto un espíritu.
38Él les dijo, «¿Por qué están preocupados? ¿Por qué se levantan dudas en sus corazones? 39Miren mis manos y mis pies, soy en verdad yo. Toquen y vean, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como ustedes ven que yo tengo.» 40Después de decir esto, les mostró sus manos y sus pies. 41Mientras que aún no podían creerlo de la felicidad y se cuestionaba, Él les dijo, «¿Tienen aquí algo para comer?»
42Le dieron un pedazo de pescado cocido y algo de miel[218]. 43Él los tomó y los comió frente a ellos. 44Les dijo, «Esto es lo que les había dicho, mientras estuve con ustedes, que todas las cosas que están escritas en la ley de Moisés, los profetas y los salmos, con respecto a mí deben cumplirse.»
45Entonces abrió sus mentes, y ellos pudieron entender las Escrituras. 46Les dijo, «Así que esto estaba escrito, y entonces era necesario para el Cristo sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, 47y el arrepentimiento y el perdón de los pecados debe ser predicado en su nombre por todas las naciones, comenzando en Jerusalén. 48Ustedes son testigos de estas cosas. 49Observen, yo envío sobre ustedes la promesa de mi Padre. Pero esperen en la ciudad de Jerusalén hasta que estén revestidos de poder desde lo alto.»
50Los guió hasta Betania, y levantó sus manos, y los bendijo. 51Ocurrió, mientras los bendecía, que fue tomado de su lado, y fue llevado al cielo. 52Ellos lo alabaron, y regresaron a Jerusalén con gran alegría, 53y estuvieron continuamente en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amen.

Petons i abraçades

Raül

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